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Orquídeas y dinosaurios: Versión extendida
En el Jurásico en general la temperatura era mucho más elevada que la actual, aunque hubo un periodo frío entre el Jurásico medio y superior, en ese periodo nunca hubo hielo permanente sobre la tierra. El clima general era cálido subtropical con abundantes precipitaciones en todo el planeta.
Fue la época de esplendor de los grandes saurópodos, Brachiosaurus, Diplodocus, Brontosaurios. En el Jurásico medio comienza la separación del continente Pangea, Laurasia al norte y Gondwana al sur. Esto implicó la aparición de grandes bolsas de agua en el interior de Pangea y la desaparición de los desiertos interiores. Más tarde, al final del Jurásico la separación se intensifica sobre todo Gondwana que ya estaba dando origen a Antártida, Madagascar, India, Australia, África y América del Sur. Justo en esta situación comenzaron los primeros grandes cambios en la flora y la fauna, con la aparición de las primeras aves y mamíferos primitivos, estos cambios serían decisivos para el resto de la historia hasta nuestros días.
Hoy día las plantas con flores o angiospermas dominan la flora terrestre. Con más de 350.000 especies, representan aproximadamente el 90% de todas las especies de plantas vivas. Esto no fue siempre así, ya que las plantas con flores evolucionaron por primera vez hace 150 millones de años.
Charlas en directo: Botánica en Confinamiento
Ponemos un pequeño granito de arena ayudando a llevar lo mejor posible estas semanas de encierro obligatorio por el SARS-CoV-2 en muchos países del mundo, durante esta semana haremos unas charlas en directo con algunos amigos para hablar de orquídeas, botánica, fotografía y lo que surja.
Las charlas se emitirán desde Instagram de Orquimaniaco, a las 19:30 (Hora de España) desde el Martes (28 de Abril) al Viernes (1 de Mayo).
Martes 28 de Abril (19:30 España): Hablaremos con Manuel Becerra, botánico taxónomo especialista en orquídeas de la Península Ibérica. Autor de numerosos libros y publicaciones. Arán, su hijo, nos contará algunas sorpresas sobre orquídeas.
Miércoles 29 de Abril (19:30 España): Charlaremos con Reklu Fernández, fotógrafo de la naturaleza, de fauna, paisajes y, por supuesto, orquídeas. Nos contará algunos trucos o cómo empezar con la fotografía botánica.
Jueves 30 de Abril (19:30 España): Hablaremos con Gerardo Torres, encargado de la colección de orquídeas y otras epifitas del Real Jardín Botánico CSIC de Madrid.
Viernes 1 de Mayo (19:30 España): Charlaremos con Carlos Magdalena. Horticultor botánico de plantas acuaticas y tropicales del Real Jardín Botánico de Kew en Londres. Conocido por su incansable labor en la recuperación de plantas en peligro y su libro «El mesías de las plantas».
Orquídeofilia gastronómica. Parte I
Las orquídeas son conocidas en todo el mundo principalmente por la belleza, diversidad y complejidad de sus flores. Durante siglos, cultivadores de todo el mundo las han mimado en sus colecciones; aguerridos samuráis del siglo XV que cultivaban la delicada Neofinetia falcata, nobles de la época victoriana que fanfarroneaban de sus exóticas floraciones ganando posición entre las clases poderosas, o viveristas que se hacen ricos con el negocio de la horticultura orquideófila. Pero en otras ocasiones las orquídeas han sido y son, buscadas y cotizadas no por sus flores o su rareza, sino por otros motivos.
Descubre cómo en casi todos los continentes de la tierra, algunas orquídeas han sido utilizadas en la alimentación humana de alguna u otra forma. Bebidas a base de orquídeas reservadas solo a unos pocos autorizados por los dioses, partes de las plantas que son consumidas para aumentar la potencia sexual masculina o por la sencilla razón de sobrevivir en épocas de escasez.
Sigue leyendo para saborear todos los matices de la familia de plantas mas numerosa del planeta.–
Al borde del abismo
UICN son las siglas en español de Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, una organización mundial de expertos en distintos campos de las ciencias, con comisión en decenas de países en el planeta y referente internacional para otras organizaciones y gobiernos en materia de conservación, siendo una autoridad en la materia. También es importante conocer CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de especies amenazadas de fauna y flora silvestres), un acuerdo que firmaron los miembros de la UICN en 1963 y fue ratificado por mas de 80 países en 1973.
Este documento y los veladores de su cumplimiento son conocidos entre los cultivadores de orquídeas u otras familias botánicas. UICN a través de su informes, estudios y conclusiones ha creado importantes precedentes que con el tiempo se han convertido en líneas de trabajo permanentes, llegandose a estandarizar mundialmente algunos de sus criterios para el uso en cualquier estudio público o privado relacionado con la conservación ambiental. Uno de los estándares más adoptados es su categorización ordinal de los grados de amenaza en los que se encuentra una especie. Esta categorización ha evolucionado y mejorado enormemente a lo largo de los años, teniéndose en cuenta ya, por ejemplo, los valores cuantitativos referentes a una especie en la decisión de incluirla en una categoría concreta. Puede consultarse el documento completo donde se describen todos los códigos de categorización y las claves de criterios cuantitativos buscando “Categorías y Criterios de la Lista Roja de la UICN” (Versión 3.1 en el momento de redacción de este articulo).
Fantasmas de los bosques
No hay duda que la familia de las orquídeas está en la cúspide de los vegetales en cuanto a evolución y diversidad. Son las plantas que mantienen las relaciones más complejas con otros reinos (Animalia y Fungi) al mismo tiempo para completar su ciclo de vida. Tienen una enorme dependencia de estas relaciones, hasta el punto que las dos etapas más importantes de un vegetal, la reproducción y la germinación, la dejan en manos de animales (polinizadores) y hongos respectivamente.
Las semillas de orquídeas son tan sumamente pequeñas, con el fin de ser transportadas y distribuidas por el viento, que carecen de reservas -endospermo- que les permita germinar de forma autónoma. Para ello es necesario que se establezca una relación con un hongo que le aporte los nutrientes necesarios hasta que la plántula sea capaz de valerse por sí misma a través de sus raíces y la fotosíntesis en sus hojitas. Algunas orquídeas han llevado esta relación de ‘nacimiento’ hasta extremos y dependen toda su vida de la presencia del hongo. Algunas bajan la producción de pigmentos fotosintéticos, incluso llegan a dejar de generarlos por completo porque no los necesitan para su nutrición al alimentarse únicamente a través del hongo. El culmen de la evolución en estas relaciones es la pérdida casi total de hojas -orquideas afilas micodependientes- la planta vive fundamentalmente bajo tierra, se alimenta de lo que le proporciona el hongo y sólo emerge del subsuelo para florecer. Seguir leyendo Fantasmas de los bosques–
Cosas de parejas
La hibridación entre seres vivos consiste en la reproducción entre dos géneros, especies o subespecies distintas que resulta en una descendencia de individuos independientes con viabilidad vital. La hibridación es un fenómeno que se ha dado entre prácticamente todos los seres del planeta a lo largo de la historia de la vida, en general la descendencia híbrida suele ser estéril, es decir, no se pueden reproducir entre sí o entre otras especies.
Sin embargo, en el caso de las orquídeas suele ser muy frecuente que la descendencia resultante de la hibridación si tenga capacidad de reproducción. Esta reproducción puede darse o ser compatible en varias combinaciones; entre los propios híbridos, entre el híbrido y alguno de sus parentales (introgresión) o entre el híbrido y otras especies o géneros diferentes.
En primer término hay que entender como ocurre la hibridación natural, es decir cuando estos casos se dan por casualidad en el medio sin intervención humana. Este cruce en la naturaleza no es fácil ya que es necesario que existan varios factores, entre los que a mi entender hay tres principales.
El tesoro de las orquídeas
Para Gollum su tesoro más preciado era aquel anillo mágico y dorado que le volvía loco. Para las orquídeas, no sólo no se han vuelto locas al proteger su tesoro, sino que a lo largo de millones de años de evolución han llegado a las mas diversas y astutas maniobras para asegurar que conseguían de la manera mas eficiente y correcta el cometido final de su tesoro; la reproducción, mejora genética y distribución de la especie. El gran tesoro de las orquídeas es el polen.
Si quieres conocer algunas de las características del polen de las orquídeas, porqué esta situado de una forma concreta, porqué tiene un tamaño u otro, cómo se organiza cada grano de polen respecto a los demás, de qué está hecho, cómo funciona y otras muchas curiosidades relacionadas, sigue leyendo.
Básicamente un grano de polen podría ejemplarizarse como análogo a un espermatozoide en los mamíferos, su cometido es fecundar el óvulo. Podemos pensar en un saco que contiene por un lado las células generativas que derivarán en los gametos masculinos y por otro una célula vegetativa. Cuando el polen entra en contacto con el estigma (zona femenina) se rehidrata y germina -no exactamente como una semilla pero podemos pensar en ello. De esto último se encarga la célula vegetativa que no interviene en la fusión genética posterior y únicamente se encarga de alargar el tubo polínico a través del ovario hasta el óvulo para proporcionar el paso a las células espermáticas que culminarán en la fecundación. Imagina un tallito unicelular creciendo pero dentro de la planta. Una vez fecundado el óvulo comienza el crecimiento de la semilla -una por óvulo-.
En la flor de la vida
La duración de la floración o antesis en las orquídeas es tan diversa como la propia familia de estas plantas. Hay orquídeas cuya flor se mantiene abierta y fresca solo unas horas, durante una noche y otras que permanecen con todo su esplendor y con sus órganos reproductores activos durante meses. Además unas emiten perfumes agradables, otras apestan a excrementos, algunas sólo lo hacen a determinadas horas y la mayoría por mucho que peguemos la nariz no huelen ni siquiera a verdura -o eso creemos-, de esto último ya hablamos en el articulo Dime a que hueles y te diré quien eres.
Toda esta diversidad floral -sin entrar en cuestiones morfológicas- no es fruto del capricho botánico aunque sí de la casualidad, de esa casualidad insistente de la prueba, error y éxito que llamamos evolución, más concretamente en el caso de las orquídeas; co-evolución ¹. La capacidad de una planta para mantener una flor abierta depende en última instancia de que un animalito haya convivido con la orquídea durante miles de años repartiendo su polen. Lo más importante y a la vez interesante es si la flor ha sido visitada o no por su polinizador y esta posibilidad viene dada de como han co-evolucionado¹ evolucionado a expensas de si la planta ofreciera algo a cambio o porque se lo hiciera creer -néctar, esencias, sexo, polen, cobijo-.
Orquídeas y redes
Desde que existe la vida en nuestro planeta las asociaciones de cooperación entre organismos de diferentes especies ha sido la verdadera tónica general. Hasta el punto que por ejemplo nuestras células contienen mitocondrias o las células vegetales tienen cloroplastos porque un día una célula eucariota los fagocitó como bacterias y descubrió que era más beneficioso mantenerlas vivas en su interior que digerirlas, por eso, tanto mitocondrias como cloroplastos contienen su propio ADN y se multiplican dentro de la célula de forma autónoma -aún mantienen ciertas características de su condición de bacterias libres- esto es la teoría endosimbiótica.
En la conquista de la tierra esta cooperación fue fundamental para aquellos atrevidos primeros colonizadores, pues el medio terrestre era hostil e inestable. La asociación entre dos valientes colonos continentales, hongos y plantas, es tan antigua como su propia existencia, tan antigua que miles de especies tanto de un reino como del otro dependen de sus asociaciones mutuas, algunas tremendamente especializadas para poder completar su ciclo vital, el uno sin el otro no podría vivir. Por ejemplo, los líquenes forman un ente ‘completo’, lo que parece ser un individuo, pero lo forman tres familias alejadas entre si, hongo-alga-levadura o nosotros los humanos, tenemos más individuos entre bacterias y hongos en nuestro cuerpo que número de células humanas y muchos de estos seres si faltan o son alterados nos provocan enfermedades e incluso la muerte.
Dime a que hueles y te diré quien eres
Uno de los sentidos que más disfrutamos los humanos inconscientemente es el olfato, además nuestro cerebro graba con una exactitud situaciones o experiencias asociadas a un aroma, es probablemente uno de los primeros sentidos de la evolución, la captación y procesado de moléculas dispersas en el aire o en el agua fue fundamental para el origen de la vida y su diversificación. El olor y el sabor son nuestros sentidos químicos. El ser humano no es precisamente un gran sabueso, pero aún así distinguimos más de 10.000 olores (moléculas) diferentes, las memorizamos y cientos de genes están involucrados en el desarrollo y funcionamiento de este sentido. Nosotros nos valemos de nuestro epitelio, lleno de cilios que capturan las moléculas que miles de neuronas receptoras procesan enviando una determinada señal a nuestro sistema nervioso, esto es la punta del iceberg en cuanto a las distintas soluciones a las que han llegado los seres vivos en nuestro planeta, antenas receptoras de feromonas, lenguas que captan moléculas del aire y las transportan al paladar, palpos gustativos, «oler» a través del «gusto», incluso receptores químicos en las plantas o la captura a nivel de membrana en seres unicelulares, entre otras soluciones evolutivas.
El aire está lleno, abarrotado, saturado de moléculas orgánicas volátiles que generan la gran mayoría de seres vivos para comunicar millones de hechos, un caso que personalmente me encanta es el famoso «olor a tierra mojada» cuando llueve, realmente no es la tierra lo que huele sino una molécula que desprenden algunas cianobacterias y hongos al hidratarse, llamada geosmina, en griego literalmente «olor a tierra». Es fundamental para los seres de ambientes desérticos u otros dependientes de la presencia de agua, la olfacción de este compuesto indica el camino hacia el agua y ya entrando en materia, algunas plantas de ambientes áridos emiten geosmina en su floración para atraer polinizadores que sedientos se lanzarán a la flor. Seguir leyendo Dime a que hueles…
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