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Dime a que hueles y te diré quien eres
Uno de los sentidos que más disfrutamos los humanos inconscientemente es el olfato, además nuestro cerebro graba con una exactitud situaciones o experiencias asociadas a un aroma, es probablemente uno de los primeros sentidos de la evolución, la captación y procesado de moléculas dispersas en el aire o en el agua fue fundamental para el origen de la vida y su diversificación. El olor y el sabor son nuestros sentidos químicos. El ser humano no es precisamente un gran sabueso, pero aún así distinguimos más de 10.000 olores (moléculas) diferentes, las memorizamos y cientos de genes están involucrados en el desarrollo y funcionamiento de este sentido. Nosotros nos valemos de nuestro epitelio, lleno de cilios que capturan las moléculas que miles de neuronas receptoras procesan enviando una determinada señal a nuestro sistema nervioso, esto es la punta del iceberg en cuanto a las distintas soluciones a las que han llegado los seres vivos en nuestro planeta, antenas receptoras de feromonas, lenguas que captan moléculas del aire y las transportan al paladar, palpos gustativos, «oler» a través del «gusto», incluso receptores químicos en las plantas o la captura a nivel de membrana en seres unicelulares, entre otras soluciones evolutivas.
El aire está lleno, abarrotado, saturado de moléculas orgánicas volátiles que generan la gran mayoría de seres vivos para comunicar millones de hechos, un caso que personalmente me encanta es el famoso «olor a tierra mojada» cuando llueve, realmente no es la tierra lo que huele sino una molécula que desprenden algunas cianobacterias y hongos al hidratarse, llamada geosmina, en griego literalmente «olor a tierra». Es fundamental para los seres de ambientes desérticos u otros dependientes de la presencia de agua, la olfacción de este compuesto indica el camino hacia el agua y ya entrando en materia, algunas plantas de ambientes áridos emiten geosmina en su floración para atraer polinizadores que sedientos se lanzarán a la flor. Seguir leyendo Dime a que hueles…
Una orquídea en el postre
La princesa Tzacopontziza, la estrella de la mañana, andaba soñadora entre las luces tamizadas de las hojas de los árboles, estaba locamente enamorada de el príncipe Zkatan-Oxga, el joven venado, que la observaba detrás de un árbol. Ella suspiró y en ese momento ZkatanOxga se mostró delante, ella ante tal sorpresa cayó en sus brazos y se dejó besar. Un guarda que vió la escena, corrió a contar el pecado a los sumos sacerdotes de Tonoacayohua, diosa de las cosechas, que de inmediato salieron con el resto de la guardia a buscarlos. Ellos huyeron, huyeron, durante horas, pero el agotamiento y la sed finalmente facilitaron la tarea a la guardia. Cuando fueron capturados, los sacerdotes mandaron decapitar a ambos por amarse sin haber pasado por los ritos, pero su amor era tan fuerte, que al morir, el joven Zkatan se convirtió en un robusto árbol y la bella Tzacopontziza se transformó en una liana trepadora que abrazó suavemente al tronco del robusto Zkatan y que adornó de preciosas orquídeas. Así cuenta la leyenda el origen de la vainilla, una orquídea trepadora que crece abrazada a los árboles y que no florece hasta que no supera los diez o doce metros de tallo. Seguir leyendo Una orquídea en el Gintonic
Pon un hongo en tu vida
En este post me gustaría aportar un pequeño rayo de luz al conocimiento general de la relación que tienen todas las orquídeas con los hongos en la naturaleza. Tal es su importancia en la vida de esta familia de plantas que han confiado su descendencia a los hongos, sus cientos de semillas que son dispersadas a través del viento no germinarán si donde son depositadas no existe en el suelo el hongo adecuado. La relación que establecen las plantas con los hongos, no necesariamente mutualista, no patógena y en la que existe algún beneficio de al menos uno de los miembros sin perjuicio del otro, se denomina micorriza, literalmente significa “hongo-raíz”. En general, la planta le proporciona al hongo azucares y otras moléculas carbonatadas elaboradas, a cambio, el hongo facilita la captura de minerales y agua a la planta, aumentando además la superficie de absorción de las raíces que con crecimiento limitado por si solas no podrían cubrir. En torno al 90% de las especies de plantas terrestres actuales presentan algún tipo de simbiosis micorrítica y hay claras evidencias de que fueron decisivas en la conquista terrestre de las primitivas plantas hace mas de 500 millones de años, algunos autores de estudios recientes incluso las datan en 700-800 MA. En esa época las condiciones fuera de los medios acuáticos eran muy complicadas, largos periodos de oscuridad o continua luminosidad estacional debido a la latitud del súper-continente, suelos sin desarrollar, mayor incidencia de rayos ultravioletas y una asfixiante atmósfera cargada de dióxido de carbono. Los primeros conquistadores verdes tardaron en expandirse y gracias a la ayuda de los hongos fueron adentrándose cada vez mas en el interior continental no sin fracasos, retrocesos y grandes extinciones.
En este largo viaje geológico en el que las plantas han cambiado y evolucionado de forma abismal, desde las primeras algas verdes y líquenes (asociación alga-hongo), continuando con musgos, hepáticas, helechos, seguidos de la diversificación de las plantas con semillas, hasta la explosión y dominancia de las angiospermas (plantas con flores) hace mas de 60 millones de años, sin embargo, en muchos casos se mantienen las mismas estructuras de micorrizas de las que se tienen los primeros fósiles con mas de 400 millones de años, esto nos puede dar una idea de la eficiencia, beneficio e importancia de estas simbiosis en la flora del planeta. En los últimos 50 millones de años además, se ha diversificado el modo en que los hongos han establecido las relaciones con las distintas familias de plantas, actualmente se conocen tres grandes tipos de micorrizas; ectomicorrizas, endomicorrizas y ectendomicorrizas.
Orquídeas químicas
El origen de éste articulo viene de mi afición a leer las etiquetas de algunos productos que me llaman la atención en el supermercado. Cuando veo cosas como champú de Camomila o desodorante «aroma orquídeas», suelo pararme a curiosear, algunas veces me producen una sonrisa. Con 30.000 especies de orquídeas en el mundo, me pregunto ¿qué es el aroma a orquídea?. Algunas orquídeas del género Bulbophyllum huelen literalmente a sudor, a perro mojado o carne putrefacta y otras, por ejemplo las flores de las plantas del género Stanhopea son una auténtica delicia en aromas, te obligan a pegar tu nariz varias veces al día casi obsesivamente. No hace mucho me paré ante un champú de una conocida marca, en la etiqueta frontal con la imagen de una flor de Phalaenopsis de fondo decía: «Hidratación profunda con extractos de Orquídea».
Al mirar la lista de ingredientes, encontré «Orchis mascula Flower Extract», en principio no le di mucha credibilidad, pero por curiosidad empecé a realizar búsquedas en Internet, incluso he escrito un email a la compañía del que aún no he obtenido respuesta, ni la espero, interesándome sobre todo por el origen de este «extracto». Para mi es importante ya que en muchos países de Europa Orchis mascula es una orquídea protegida. Una lectura me ha llevado a otras y he encontrado verdaderas maravillas en cuanto a las propiedades fitoquímicas de las orquídeas en su aplicación para beneficio humano. En este árticulo hago un pequeño resumen de lo que más me ha llamado la atención. Seguir leyendo Orquídeas químicas
Teofrasto les puso nombre
Que se sepa, Teofrasto, filosofo de la Grecia antigua, en el siglo IV a.C, fue el primer humano en escribir un tratado sobre botánica, conocido en latín como «De historia plantarum», donde se describe por primera vez a las orquídeas con la palabra griega ορχις (Orchis).
Orchis significa testículos.
En aquel tiempo solo se conocían las orquídeas que crecen entorno al Mediterráneo, dominadas por el género Ophrys, que, en todas sus especies, tienen en común dos tubérculos redondeados bajo tierra, que claramente recuerdan a los testículos masculinos. Un bulbo pertenece a la floración pasada y otro a la nueva floración, cada año, se repite el ciclo, consumiéndose las reservas de uno y generándose otro nuevo. Explicaremos este ciclo vital en próximas entradas. (más…)
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