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Y ahora, como la cuido

 

Que las orquídeas son delicadas para su cultivo es una percepción que está bastante extendida entre los que nos iniciamos con estas plantas. Muchas personas cuando les hablo de tener orquídeas en casa suelen espetar; «Me encantan, pero son plantas muy delicadas». Esto ciertamente es un mito. La mayoría de las orquídeas tienen mecanismos de supervivencia muy elaborados, son muy resistentes en su medio natural. Gozan de herramientas como los bulbos, pseudobulbos o su metabolismo CAM (Metabolismo ácido de las crasuláceas) que las ayudan a soportar largos periodos de sequías al igual que consiguen las cactáceas y suculentas. Muchas especies de orquídeas en sus hábitats originales son consideradas casi como malas hierbas por la profusión con que la crecen. Y aquí está la clave: su hábitat.

Te pongo un ejemplo. Un pingüino emperador nada en mar abierto durante años y cientos de kilómetros, cuando llega el momento se adentra 120 km hielo adentro en la Antártida para incubar sus huevos, sin alimento, soportando a veces vientos de 150 km/h a temperaturas de 50 grados centígrados bajo cero durante semanas. Con estos detalles, ¿alguien piensa que son animales delicados? Probablemente no, pero si dejáramos abandonado a este animal un día primaveral en Texas su supervivencia se vería reducida a unas pocas horas.

Se puede aplicar el mismo ejemplo en las orquídeas. Una especie de orquídea que ha evolucionado para vivir sobre la rama de un árbol a 20 metros del suelo, con sus raíces acolchadas entre verdes musgos, refrescada por una brisa continua cargada con un 80% de humedad con temperaturas máximas de 22ºC. ¿Qué puede pasar si la encerramos en el interior de una casa en Europa o en la ciudad de Córdoba en Argentina por ejemplo?. La hemos sacado de un hábitat para el que se ha adaptado durante miles de años a un lugar completamente hostil para ella. Si no le damos unas condiciones adecuadas acabará en poco tiempo como un pingüino en Texas.

Entonces, ¿tendríamos que tener la planta al 80% de humedad y a 22ºC? La respuesta es NO. Pero si deberíamos intentar acercarnos en la medida de lo posible a un intervalo de valores máximos y mínimos (temperatura, humedad, ventilación) en nuestro espacio de cultivo.

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Pon un hongo en tu vida

 

En este post me gustaría aportar un pequeño rayo de luz al conocimiento general de la relación que tienen todas las orquídeas con los hongos en la naturaleza. Tal es su importancia en la vida de esta familia de plantas que han confiado su descendencia a los hongos, sus cientos de semillas que son dispersadas a través del viento no germinarán si donde son depositadas no existe en el suelo el hongo adecuado. La relación que establecen las plantas con los hongos, no necesariamente mutualista, no patógena y en la que existe algún beneficio de al menos uno de los miembros sin perjuicio del otro, se denomina micorriza, literalmente significa “hongo-raíz”. En general, la planta le proporciona al hongo azucares y otras moléculas carbonatadas elaboradas, a cambio, el hongo facilita la captura de minerales y agua a la planta, aumentando además la superficie de absorción de las raíces que con crecimiento limitado por si solas no podrían cubrir. En torno al 90% de las especies de plantas terrestres actuales presentan algún tipo de simbiosis micorrítica y hay claras evidencias de que fueron decisivas en la conquista terrestre de las primitivas plantas hace mas de 500 millones de años, algunos autores de estudios recientes incluso las datan en 700-800 MA. En esa época las condiciones fuera de los medios acuáticos eran muy complicadas, largos periodos de oscuridad o continua luminosidad estacional debido a la latitud del súper-continente, suelos sin desarrollar, mayor incidencia de rayos ultravioletas y una asfixiante atmósfera cargada de dióxido de carbono. Los primeros conquistadores verdes tardaron en expandirse y gracias a la ayuda de los hongos fueron adentrándose cada vez mas en el interior continental no sin fracasos, retrocesos y grandes extinciones.

Esquema con los tipos de micorrizas
Tipos de micorrizas

En este largo viaje geológico en el que las plantas han cambiado y evolucionado de forma abismal, desde las primeras algas verdes y líquenes (asociación alga-hongo), continuando con musgos, hepáticas, helechos, seguidos de la diversificación de las plantas con semillas, hasta la explosión y dominancia de las angiospermas (plantas con flores) hace mas de 60 millones de años, sin embargo, en muchos casos se mantienen las mismas estructuras de micorrizas de las que se tienen los primeros fósiles con mas de 400 millones de años, esto nos puede dar una idea de la eficiencia, beneficio e importancia de estas simbiosis en la flora del planeta. En los últimos 50 millones de años además, se ha diversificado el modo en que los hongos han establecido las relaciones con las distintas familias de plantas, actualmente se conocen tres grandes tipos de micorrizas; ectomicorrizas, endomicorrizas y ectendomicorrizas.

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Me encantan las hormigas

Creo que uno de los temas mas apasionantes de estudio dentro la biología es la relación que establecen las plantas con el mundo animal. Como no podía ser de otra manera, muchas plantas se han hecho amigas de las hormigas y les encantan.

Myrmecophila tibicinis
Myrmecophila tibicinis cultivada. Foto: Alberto Martínez

Respecto a la relación de las plantas con las hormigas, existen muchos ejemplos (unos 100 géneros). La mayoría de ellos de plantas epifitas, algunas Tillandsias y Neoregelias, las famosas Myrmecodias, cuyos tubérculos aéreos tienen en su interior un verdadero entramado laberíntico de cavidades perfecto para las hormigas, pero también existen grandes árboles que establecen relación con las hormigas. Algunas especies de Acacias, que no contentas con tener sus espinas bien afiladas, las tienen llenas de cavidades para que aniden dentro de cada espina y cada una de ellas tiene un nectario para proporcionarles alimento, las hormigas a cambio las protegen ferozmente contra vertebrados e invertebrados fitófagos, sin olvidar entre estos ejemplos el género de árboles tropicales Macaranga, del que dependen totalmente algunas especies de hormigas Crematogaster, que sin el soporte de este árbol, no son capaces de realizar sus nidos y hacer prosperar la colonia. Pero como en muchos casos de adaptaciones del mundo vegetal, en esto de hacerse amigas de las hormigas, la familia de las orquídeas son las campeonas, no ya por número de géneros dentro de la familia Orchidaceae, si no por la diversidad de relaciones que establecen. Seguir leyendo Me encantan las hormigas

Y el grillo cambió la dieta

Madagascar es la cuarta mayor isla del mundo, se separó de África hace 165 millones de años, quedando desde entonces cientos de especies de flora y fauna aisladas del resto del planeta evolucionando de forma independiente. Debido a este aislamiento, mas del 80% de las especies de Madagascar y sus archipiélagos cercanos son únicas en el planeta. El archipiélago mas conocido es el formado por las Islas Mascareñas, bastante alejadas entre sí, cuyas dos islas principales son Mauricio y Reunión, actualmente pertenecientes administrativamente a Francia. Si las especies de Madagascar evolucionaron aisladas del mundo, las de isla Reunión, lo hicieron además aisladas de Madagascar, por lo tanto el nivel de especialización es en muchos casos es extremo. Muchas orquídeas también quedaron aisladas y en algunos casos tuvieron que evolucionar para poder reproducirse ante la escasez o desaparición de su polinizador original.

Angraecum sesquipedale
Angraecum sesquipedale. Fuente: Wikipedia.org

El género Angraecum aglutina a unas 200 especies que se distribuyen principalmente entre África y Madagascar, con marcadas diferencias evolutivas entre las especies del continente y las insulares.
Es muy conocida Angraecum sesquipedale, por una famosa hipótesis que redactó Charles Darwin en su publicación «La fecundación de las orquídeas» (A día de hoy, coincidiendo con esta publicación puede verse en plena floración en el Orquidario de Estepona). La flor de A. sesquipedale, posee un fino espolón nectarífero de mas de 30cm de longitud, ¿Quien podría llegar a ese néctar a través de semejante distancia y además fuera capaz de llevarse los sacos polínicos para fecundar otra flor?. Darwin ante esta pregunta predijo la existencia de una mariposa con un probóscide o espiritrompa que pudiera libar el néctar al fondo del largo espolón.  Seguir leyendo Y el grillo cambió…